Privatización para todos
1. Tal medida significa, en esencia, que se opta por romper el consenso nacional en torno a los numerus clausus. Recordemos que este sistema se implantó precisamente para evitar la vergüenza de tener más de 20.000 licenciados en Medicina en paro. Situación que sólo se solucionó hace unos pocos años. La liberalización de los numerus clausus, como reclama el Consejero de Sanidad del Gobierno valenciano y parecen querer nuestros responsables políticos, podría llevar a consecuencias nefastas. Porque, con el numerus clausus sujeto a la decisión autonómica, cada uno formará los médicos que crea conveniente, según sus propios análisis. Se les olvida mencionar que luego deberán impedir que esos médicos se vayan a Portugal o a Inglaterra o a donde quieran. También deberán asegurarse que todos se quedan aquí una vez examinados de la prueba MIR, y en las especialidades que se necesite, y que no se van a la región vecina, donde tal vez cobren más o les ofrezcan mejores condiciones o, vaya usted a saber, donde haga menos calor.
2. Esa medida también significa la eliminación del sistema de acceso selectivo a la Universidad que, en el caso de Medicina, ha producido sin dudar los mejores profesionales posibles, con porcentajes de abandono académico irrisorios, por no decir inexistentes. Un sistema que, nada es perfecto ya se sabe, asegura que sólo los mejores estudiantes acceden a los estudios más demandados. En igualdad de condiciones, exclusivamente por méritos académicos. La creación de una nueva Facultad de Medicina privada, no sujeta ni al numerus clausus ni a la entrada por méritos académicos, rompe absolutamente la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, además de preparar el terreno para la pérdida de calidad a largo plazo del sistema sanitario.
Así que quítense las caretas. Dejen de jugar al debate y a los argumentos. Díganlo a las claras.
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